Posar en un test shooting no consiste simplemente en verse bien delante de la cámara. Se trata de comunicar actitud, proyectar profesionalidad y mostrar versatilidad. Para los modelos, este tipo de sesiones son clave para construir un book potente y captar la atención de agencias. Para los fotógrafos, es una oportunidad para dirigir con claridad y captar la mejor versión del talento que tienen delante. Una buena pose puede marcar la diferencia entre una imagen olvidable y otra que abra puertas. En este artículo compartimos consejos prácticos para que tanto modelos como fotógrafos puedan sacar el máximo partido a cada sesión de test.
Entender el propósito del test shooting
Antes de empezar a posar o dirigir, es importante comprender cuál es el objetivo real de un test shooting. No se trata de hacer una editorial de moda ni de vender un producto, sino de mostrar la esencia del modelo: su rostro, cuerpo, expresividad y capacidad de adaptación.
Lo que buscan las agencias
Las agencias quieren ver cómo se comporta el modelo ante la cámara, qué registros emocionales domina, cómo se mueve y qué tipo de trabajos podría realizar. Por eso, la naturalidad y la variedad son más importantes que una única imagen perfecta.
Un buen test debe reflejar diferentes ángulos del modelo, desde retratos limpios hasta planos de cuerpo entero, con distintas expresiones y poses, todo sin artificios ni excesos de maquillaje o estilismo.
Consejos para modelos: cómo posar de forma natural y efectiva
Posar no significa adoptar posturas forzadas. Se trata de utilizar el cuerpo con intención, manteniendo una actitud coherente con lo que se quiere transmitir. Aquí tienes algunas claves para posar de forma fluida y profesional en un test shooting.
Escucha y conecta con el fotógrafo
Una de las habilidades más valoradas en un modelo es la capacidad de trabajar en equipo. Escuchar las indicaciones del fotógrafo, entender el concepto de la sesión y estar receptivo ante sugerencias marca una gran diferencia.
No temas hacer preguntas si algo no está claro. Una buena comunicación genera confianza y mejora la calidad del resultado.
Juega con pequeñas variaciones
No es necesario cambiar de pose de forma radical cada pocos segundos. A menudo, los mejores resultados surgen de microgestos: un giro de hombros, inclinar ligeramente la cabeza, cambiar la dirección de la mirada o modificar la tensión en las manos.
Trabaja por bloques. Mantén una misma postura base y varía sutilmente la expresión facial, la posición de los brazos o el ángulo del cuerpo. Esto permite al fotógrafo capturar distintas versiones de una misma idea con coherencia.
Mantén el cuerpo activo
Uno de los errores más comunes en modelos principiantes es quedarse rígidos. Aunque estés quieto, el cuerpo debe estar “despierto”. Activa ligeramente el abdomen, alarga el cuello, relaja los hombros y distribuye el peso del cuerpo de forma equilibrada.
El cuerpo habla. Una buena pose transmite energía incluso en una imagen estática.
Practica frente al espejo o con vídeo
Antes de una sesión, puede ser útil practicar frente al espejo o grabarte en vídeo. Esto te ayuda a conocer tus mejores ángulos, identificar gestos naturales y evitar tics o poses repetitivas.
Estudia también referencias visuales de modelos profesionales, analiza cómo utilizan sus manos, cómo colocan los pies, cómo mueven el rostro.
Consejos para fotógrafos: cómo guiar al modelo para obtener su mejor versión
La dirección en un test shooting es tan importante como la técnica fotográfica. Muchos modelos, sobre todo si están empezando, necesitan orientación para sentirse cómodos y seguros delante de la cámara.
Crea un ambiente de confianza
El primer paso para conseguir buenas poses es generar un ambiente relajado y respetuoso. Presentarte con cercanía, explicar el flujo de trabajo y compartir referencias del estilo que estás buscando ayudará a que el modelo se sienta acompañado.
Evita comentarios técnicos demasiado complicados. A veces, una frase como “imagina que estás saludando a alguien que te cae bien” funciona mejor que “inclina 30 grados la cabeza hacia la izquierda”.
Utiliza indicaciones emocionales
En lugar de pedir poses concretas, prueba a trabajar con sensaciones: “más serio”, “más relajado”, “como si estuvieras a punto de reír”, “piensa en un recuerdo bonito”. Este tipo de indicaciones despierta gestos más auténticos y genera una conexión más real con la cámara.
Combina emoción con posición: “mirada curiosa, cuerpo firme”; “energía suave, manos abiertas”. Esto ayuda al modelo a habitar la pose con más intención.
Corrige con ejemplos y tono positivo
Si algo no funciona, evita frases como “eso no” o “esa pose no queda bien”. En su lugar, propon alternativas con tacto: “vamos a probarlo de otra forma”, “¿y si lo hacemos un poco más relajado?”, “intenta lo mismo pero con la mirada hacia abajo”.
Mostrar ejemplos visuales también puede ser útil. Llevar un pequeño moodboard con poses o gestos de referencia ayuda a inspirar y orientar sin presionar.
Poses clave para incluir en un test shooting
Aunque cada sesión puede tener un enfoque distinto, hay una serie de poses y encuadres que nunca deben faltar en un buen test. Son la base de cualquier book y permiten mostrar el rango del modelo de forma clara y profesional.
Retrato frontal limpio
Plano corto del rostro, con expresión neutra o suave. Es ideal para ver la estructura facial, la piel, los ojos y el cabello. Puede hacerse con el pelo suelto y recogido para mostrar versatilidad.
Plano medio con actitud
Toma desde la cintura hacia arriba, que permita jugar con el movimiento de brazos, manos, torso y expresión facial. Aquí es clave variar la actitud: una versión más relajada, otra más fuerte, otra más cercana.
Cuerpo entero estático y en movimiento
Es importante ver cómo se comporta el modelo en plano general. Incluir una pose estática que muestre proporciones y postura, y otra en la que camine, gire o interactúe con el entorno (aunque sea un paso sutil).
Detalles: manos, perfiles, expresiones
Las manos bien colocadas dicen mucho del nivel del modelo. También son interesantes los perfiles, los ángulos inusuales o las expresiones espontáneas que surgen entre poses más estructuradas.
Posar en un test shooting no se trata de hacer algo extraordinario, sino de hacerlo con conciencia, intención y conexión. Es una herramienta para mostrar lo que el modelo puede ofrecer y para que el fotógrafo capture su mejor versión.
Una buena pose no siempre es la más llamativa, sino la que transmite algo real. Por eso, trabajar desde la escucha, la práctica y la comunicación fluida entre modelo y fotógrafo es la clave para lograr resultados profesionales.
Los mejores test shootings no se recuerdan por los fondos ni por los efectos, sino por la presencia del modelo y la claridad de la imagen. Y eso empieza por saber posar, saber mirar y saber dirigir.